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Duración: 75 min. |
PARADERO DESCONOCIDO
de Kressmann Taylor. Dirección y versión: Laila Ripoll
PRODUCCIONES ANDREA D`ODORICO
Publicado en 1938 y acogido inmediatamente como una obra maestra, Paradero desconocido, narra la historia de dos amigos y socios en el mercado de obras de arte. Martín Shulse, un alemán y Max Eisenstein, un judío estadounidense que vive en California. En 1932 Martín decide volver a Alemania con su familia. Desde ese momento surge un intercambio de cartas en las que se vislumbra, entreverados con los detalles de su relación profesional y personal, la sombra de la situación política de Alemania. Visionaria, incisiva y con un final imprevisible, esta novela constituyó un acontecimiento literario y el más estremecedor mensaje de advertencia contra el nazismo.
Cuando en septiembre de 1938 se publicó por primera vez, en la revista Story, Paradero desconocido, la historia provocó de inmediato enorme interés. El relato está basado en las cartas que se intercambian un judío estadounidense que vive en San Francisco y su antiguo socio, un alemán que ha vuelto a su país. Las cartas denuncian, al principio de la llegada de Hitler al poder, la verdadera índole del nazismo. A los diez días de su publicación, el número de Story se había agotado. Lectores entusiastas hacían copias mimeografiadas para los amigos. El comentarista de radio Walter Winchell recomendaba su lectura como «el mejor trabajo escrito del mes, algo que no debe usted perderse.
The New York Times Book Review afirmaba: «Este moderno relato es la perfección misma. La más efectiva denuncia contra el nazismo publicada en literatura de ficción». La revista Reader`s Digest dejó de lado su antigua norma de publicar solamente no ficción y reimprimió el relato para sus tres millones de lectores. En 1939 Simon & Shuster publicó Paradero desconocido en forma de libro y vendió cincuenta mil ejemplares, una cifra enorme en aquella época. Hamish Hamilton lo hizo en Inglaterra y el libro empezó a traducirse a otros idiomas. Pero 1939 fue también el año de la Blitzkrieg: en pocos meses la mayor parte de Europa estaba dominada por Adolf Hitler.
La traducción holandesa de Paradero desconocido desapareció y el título no volvió a publicarse en Europa, salvo en la lista de libros prohibidos por el Reichskommisar. El relato no se conoció en el continente hasta sesenta años después, a pesar del impacto y del éxito obtenido en Inglaterra y Estados Unidos. La autora, mi madre, nació en Portland, Oregon. Su nombre de soltera era Katherine Kressmann. Graduada por la Universidad de Oregon, en 1924 se trasladó a San Francisco y trabajó como publicista. En sus horas libres escribía para algunas revistas literarias. En 1928 los editores de San Francisco Review la invitaron a una fiesta donde conoció a Elliott Taylor, dueño de una agencia de publicidad. Se casaron al cabo de dos semanas. Cuando la Gran Depresión acabó con la industria publicitaria, mis padres compraron una pequeña granja en el sur de Oregon. Allí nos instalamos y allí nació el tercer hijo. Vivíamos literalmente de la tierra. En 1938 nos trasladamos a Nueva York. Mi padre, Elliott, trabajó como editor y mi madre terminó de escribir Paradero desconocido, el relato que mi padre enseñó a Whit Burnett, editor de la revista Story. Burnett decidió publicarlo de inmediato. Mi padre y el editor pensaron que la historia era «demasiado dura para aparecer firmada por una mujer» y asignaron a mi madre el seudónimo literario de «Kressmann Taylor» , nombre profesional que ella aceptó y conservó el resto de su vida, en gran parte debido al éxito de Paradero desconocido. Así cuenta Katherine las razones que la llevaron a escribir el relato: «Poco antes de la guerra, unos amigos alemanes –cultos, intelectuales, de buen corazón – regresaron a Alemania después de haber vivido en Estados Unidos. En muy poco tiempo se convirtieron en nazis acérrimos. Se negaban a escuchar la menor crítica contra Adolf Hitler. Durante una visita a California se encontraron en la calle con un íntimo y viejo amigo judío. No le dirigieron la palabra. Le dieron la espalda cuando intentó abrazarlos. Me pregunté cómo podría ocurrir semejante cosa. ¿Qué les había hecho cambiar de esa manera? ¿Qué los había llevado a ese grado de crueldad? » Esas preguntas me acosaban, no podía olvidarlas. Empecé a analizar documentos sobre Hitler, a leer sus discursos y los escritos de sus consejeros. Lo que descubrí fue aterrorizador. Me preocupaba sobre todo que en Estados Unidos nadie parecía tener conciencia de lo que pasaba en Alemania. En 1938 la postura aislacionista en Estados Unidos era muy fuerte. Los políticos sostenían que los problemas de Europa no eran asunto nuestro y que en Alemania las cosas iban muy bien. Pero algunos estudiantes que volvían de Alemania contaban la verdad sobre las atrocidades nazis. A los compañeros de la fraternidad se les ocurrió la gracia de escribir a los amigos alemanes burlándose de Hitler y la respuesta fue: Basta. Estamos en peligro. El nazismo no se anda con tonterías. Cartas semejantes podrían desencadenar la muerte de cualquier nazi».
Concluida la guerra, Paradero desconocido cayó en el olvido. Sólo apareció en alguna antología ocasional. Mi madre siguió escribiendo y enseñando el arte de escribir, periodismo y humanidades en un college próximo a su casa. Retirada en 1966, se trasladó a Florencia, Italia, donde vivió la gran inundación en noviembre de ese año. En aquella experiencia se basa su tercer libro, Diary of Florence in Flood, publicado la primavera siguiente entre aclamaciones de la crítica inglesa y estadounidense. En 1995, cuando mi madre tenía noventa y un años, Story Press reeditó Paradero desconocido «para conmemorar el cincuenta aniversario de la liberación de los campos de concentración» y, como escribió el editor de Story Lois Rosenthal, «su mensaje significativo y eterno» ha ganado «un lugar permanente en las estanterías» de Estados Unidos. La reedición fue bien acogida y a mi madre le gratificó que esta vez apareciera como un clásico de la literatura estadounidense. Murió al año siguiente, en julio de 1996, a punto de cumplir noventa y tres años. Hasta el final de sus días mantuvo un espíritu agudo, perceptivo y entusiasta. «Morir», dijo en su última semana de vida, «es natural. Tan natural como nacer». Y estaba dispuesta. Vivió distintas vidas con éxito: la de esposa y madre, profesora respetada y querida, autora de tres libros y más de veinte relatos.
Charles Douglas Taylor
APUNTES DE DIRECCIÓN
Paradero desconocido solo tiene 81 páginas, pero sobran y bastan para sobrecogernos. Katherine Kressmann Taylor publicó esta novela epistolar en 1938 en la revista Story. Fue el principio de un largo éxito.
“¡Por fin regresaste a Alemania! ¡Cómo te envidio! Aunque no la piso desde que estaba en la escuela, escribir Unter den Linden todavía me emociona... “Unter der Linden”, mi hermosa avenida bajo los Tilos, mi hermoso Berlín”
Así comienza Max Eisenstein su relación epistolar con Martin Schulse. Así comienza “Paradero desconocido”.
¿Cómo explicar la ascensión del nazismo? ¿Cómo intentar comprender el apoyo de la sociedad alemana? La imágenes de “El triunfo de la voluntad” de Leni Riefenstahl nos golpean la retina: las multitudes enloquecidas, las antorchas, los brazos en alto…
La noche de los cristales rotos, los ataques racistas, el terror, los gritos, los desfiles, el miedo, el horror…
La luminosa California de los años 30 y la explosión del swing: Max.
Y de otra parte el gris de Munich: Martin, Goebbels y la música aria, la exclusión de los músicos judíos y la prohibición del jazz. Marchas e himnos, a pleno pulmón.
La inmovilidad del miedo. El movimiento interior de la relación de Max y Martin. Sentimientos a flor de piel, emociones, la vida y la muerte.
La presencia permanente de Griselle. Hermosa, diáfana, pura y valiente en mitad del espanto y la sinrazón.
La historia de un genocidio. La historia de una venganza. La Historia, con mayúsculas.
Laila Ripoll
REPARTO
Martin Schulse: Juanjo Artero
Max Eisenstein: Juanjo Cucalón
Griselle: Sara Casasnovas
Pianista: Rosa Blanco Campos
EQUIPO ARTÍSTICO
Diseño escenografía: Andrea D`Odorico/Mónica Boromello
Diseño de iluminación: Juan Gómez-Cornejo
Diseño de vestuario: Ana Rodrigo
Diseño de Videoescena: Álvaro Luna
Ayudante de videoescena: Alfredo Cañas
Diseño gráfico: Esperanza Santos / Vicente A. Serrano
Ayudante de dirección: Marcos León
Coreografía: Marcos León
Ayudante de iluminación: David Hortelano
Música: Mariano Marín
Traducción y versión: Laila Ripoll
Dirección: Laila Ripoll
EQUIPO TÉCNICO
Realización de Escenografía: Tossar Producciones SL
Realización de Vestuario: Sastrería Cornejo
Transporte: Transdecor
Audiovisuales: Óscar White
Maquinaría: José Rubini
Iluminación: Fermín Blanco
Regiduría y gerencia: Gema Monja
Grabación y edición Dvd: Jana Pachón
Fotografía: Ojodmoscafotografos
EQUIPO DE PRODUCCIÓN
Prensa y Comunicación: Toniflix Comunicación
Comunicación On-Line y RRSS: hB! hola BANANA!
Ayudante de Producción: Raquel Merino/ Carmen Vera
Producción: Andrea D`Odorico
Distribución: Prod. Andrea D`Odorico, S.L.
Estreno:13 de diciembre de 2012 Teatro del Bosque, Móstoles.